domingo, 19 de febrero de 2012

Misfits, magia en la simplicidad

Sin ser muy fan (ni conocedor) de la ficción inglesa, me llegaban contínuos alagos sobre Misfits. Después de mi "trauma" con Heróes y "lo que pudo haber sido", me mantenía reticente a volver a aventurarme en una trama de superpoderes.
Pero ya os iréis dando cuenta, que por mucho que intente resistirme a algo que inicialmente no llama mi atención, sé quitarme el sombrero cuando la sorpresa es grata. Pasó con "The Vampire Diaries" y con "Nikita". Misfits ha vuelto a conseguir que me trague mis prejuicios. Hablemos tras el salto (Más información).
Con Misfits me he encontrado con una trama que, sin ser extremadamente complicada ni novedosa, se ha conseguido un producto atractivo, distinto.
Un grupo de jóvenes marginales están inmersos en sus labores sociales cuando de repente se ven sorprendidos por una extraña y violenta tormenta que pronto, descubrirán que cambiará sus vidas para siempre.
La confección de los personajes de Misfits es prácticamente una obra de arte. Perfectamente definidos y caracterizados, la asignación de poderes es ideal. El deportista que todo lo tuvo hasta que empezó a jugar con las drogas, dando por finiquitado una prometedora carrera. La chica promíscua que no tiene pudor, y la otra chica del grupo que no tiene control ante el rechazo de su entorno. El joven víctima de bullying que se siente invisible a ojos de los demás. Y luego está el "graciosillo" que mejor es disfrutarlo en la pequeña pantalla, porque si de verdad lo tuvieras cerca sería imposible soportarlo un solo minuto. Este último es Nathan, y ya desde mucho antes de empezar a ver Misfits, había llegado a mis oídos la grandeza de su personaje. No eran exagerados, y es que Nathan le da un toque humorístico sin el cual la serie se quedaría (y sé que se quedará...) coja.

Como ya he dicho antes, la caracterización de los personajes de esta serie es una obra de arte. Jóvenes problemáticos, la relación entre ellos, la amistad y el amor que emerge muy poco a poco no enturbia el descubrimiento de sus nuevas habilidades y su afán por sobrellevarlos e intentar recuperar la normalidad en sus vidas.
La serie cuenta con las habituales tramas de adolescentes pero sin edulcorar. No hay pudor para tratar el sexo ni la violencia, Misfits es realista dentro de sus aires sobrenaturales. No le falta una trama que más allá de cada capítulo se alarga a lo largo de una primera temporada, cuyos 6 capítulos se hacen extremadamente cortos.
En cada capítulo suelen centrarse en un personaje determinado, sin dejar de lado el resto de las tramas.
Podríamos resumir Misfits com esa serie sin complejos, sin tapujos, con ritmo, personajes perfectos, con una relación perfecta de drama y humor y una trama conseguida, cuya primera temporada se va consumiendo a una velocidad pasmosa. Estoy expectante por ver la segunda temporada y temeroso por la tercera, el porqué ya es material para otro artículo de "El Círculo Bipolar"...

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